—Entonces, ¿cuándo va a
terminar?
—No sabría decirle,
señor Kaulitz. Es un gran evento, y Pierre Baudat ha pedido ex profeso que (Tu
nombre) esté presente hasta el final.
Tom farfulló algo
ininteligible y colgó el teléfono. En las últimas dos semanas, desde que (Tu
nombre) se trasladó a vivir con él, apenas habían pasado unas pocas horas
juntos. Para su disgusto, ella se levantaba antes que él y volvía tan cansada a
casa, que no le quedaba energía para mucho más. Por primera vez, estaba
viviendo con una mujer que no estaba a su disposición para complacerle.
Incluso, tenía que reconocer que quizás ella tenía más trabajo que él. Aquello
no era parte del plan.
Tom frunció el ceño. La
cuestión le había estado rondando desde hacía días. ¿Por qué no se había
divorciado ya? Ya había conseguido lo que quería y no la necesitaba más. Ella
había cumplido su parte del trato.
«¿Trato… no quieres
decir chantaje?».
La noche anterior habían
tenido una lacónica conversación. Él había hecho un comentario sobre lo tarde
que se había quedado trabajando.
—No estarás haciendo
esto sólo para evitarme, ¿verdad?
—Claro que no. Se trata
de un gran encargo, Tom. No lo hago para molestarte. Si crees que estás
desperdiciando el dinero, entonces…
—(Tu nombre) —la
advirtió.
Ella había retrocedido
hacia la puerta, y él había visto cómo su mano se aferraba en tensión al pomo
de la puerta. Habría querido ir y separar sus dedos, hacer que se relajara… en
sus brazos.
—Tom, salvo que vayas a
llevar esta venganza aún más allá y sabotear mi carrera profesional, entonces
no voy a dejarlo.
Él se sorprendió
pensando:
«¿De verdad piensa que
haría algo así?».
—(Tu nombre), no tengo
ningún problema con tu trabajo. Siempre que estés en mi cama cada noche, puedes
hacer lo que quieras.
Enojado, de repente tomó
su abrigó, salió del despacho y dio órdenes a su secretaria de que cancelase
todas las reuniones pendientes. (Tu nombre) lo estaba evitando, y él ya se
había cansado.
(Tu nombre) había notado
el cambio de humor en Tom. Sin duda, pensó con amargura, una mujer trabajadora
no era parte de su plan. Peor para él, se dijo. Sabía que probablemente estaba
trabajando más de la cuenta. En lo referente a tácticas de evasión, era toda
una experta. Estaba segura de que el divorcio sería sólo cuestión de tiempo, y
entonces podría comenzar a recoger los pedazos de su maltrecho corazón. Porque
cada minuto, cada segundo que pasaba con Tom significaba una mayor tristeza.
Cuando (Tu nombre)
regresó al apartamento aquella noche, lo primero que hizo fue quitarse los
zapatos y apoyarse contra la puerta, aliviada. Gracias a Dios había terminado
la gran recepción que había organizado para Pierre Baudat. Oyó un ruido y vio a
Tom de pie en la puerta del salón. Tenía la corbata desanudada y la camisa
abierta, enseñando el cuello bronceado. El deseo hizo que el cansancio que
sentía (Tu nombre) desapareciera y la energía inundara todo su cuerpo.
—¿Qué haces levantado a
estas horas? Son casi las tres de la madrugada.
—Te guardé algo de cena —caminó
despacio hacia ella.
—Hiciste cena —(Tu
nombre) se quedó boquiabierta.
Él continuó acercándose.
Ella no tenía escapatoria, ni emocional ni físicamente. Todo lo que sabía era
que el hombre que amaba estaba allí, con ella, en ese momento.
Él se encontraba tan
cerca, que ella podía sentir el calor de su cuerpo.
—¿Tienes hambre? —puso
sus brazos a ambos lados de la cabeza de (Tu nombre).
Ella lo miró y negó con
la cabeza, pensando en silencio:
«Sólo de ti».
Él inclinó la cabeza y
puso los labios en el hombro de (Tu nombre). Lo besó y lo saboreó con la
lengua, hincando suavemente los dientes en él. Ella sintió un pequeño
estremecimiento. Luego abrió el broche que sujetaba el vestido y éste cayó bajo
su propio peso, dejando los pechos medio desprotegidos ante su hambrienta
mirada. Cuando Tom comenzó a chupar un pezón a través de la tela, (Tu nombre)
se recostó aún más contra la puerta, atravesada por una corriente de placer que
le llegaba hasta su sexo. Se estaba acumulando una fuerza imparable, un deseo
que sólo aquel hombre podía apaciguar.
Ella movió la cabeza de Tom
hacia atrás y, sujetándola entre sus manos, lo besó frenéticamente. La lengua
de ella penetró su boca en busca de la de él, uniéndose las dos en un baile
apasionado. A ciegas, empezó a desabrocharle los botones con escaso cuidado.
Quería sentir sus pectorales, la suavidad de su piel, la línea de vello que
conducía hasta sus pantalones, recorrido que trazó con la mano mientras se
besaban. Los dedos de (Tu nombre) se toparon con su cinturón, que abrió sin
mirar ni pensar, para seguir a continuación explorando zonas más íntimas,
acariciando sus duros glúteos mientras tiraba de él hacia sí.
—(Tu nombre), (Tu
nombre) —gimió él contra su boca.
—Te deseo, Tom —susurró
ella en respuesta.
Mientras la besaba
enfervorizado, le levantó el vestido y le quitó las bragas. Ella ayudó con un
movimiento de piernas y, a su vez, le bajó los pantalones y los calzoncillos,
que se engancharon durante un segundo en su erección. Él apartó su ropa con
impaciencia de una patada, y ella empezó a masturbarlo con entusiasmo.
Tom luchaba por
contenerse, y (Tu nombre), exultante, no podía sino disfrutar de aquellos
breves momentos en que tenía poder sobre él.
—Para… a menos que
quieras…
La levantó con
facilidad, y las piernas de (Tu nombre), cuya espalda seguía apoyada en la
puerta, no tardaron ni medio segundo en rodear su cintura. Él, con un ágil
movimiento, avanzó y la penetró. Ella se agarró de su cuello y reprimió un grito
de puro placer.
Una y otra vez él se
abrió camino hasta lo más profundo de su ser. Cuando llegó el momento, ambos
cuerpos se sacudieron en un violento y apasionado orgasmo. Estaban tan
extenuados, que les llevó un largo rato recuperar la energía para retirarse.
Ella recostó la cabeza en el hombro de Tom, y él la llevó al dormitorio,
abriendo la puerta del baño de una patada.
La bañera estaba llena
de agua tibia. (Tu nombre) levantó la cabeza, sorprendida.
—¿Ibas a tomar un baño?
La dejó en el suelo y negó
con la cabeza.
—No, era para ti. Le
dije a Cécile que me llamase cuando estuvieras a punto de venir.
¿Lo había hecho por
ella? No alcanzaba a comprenderlo.
—Iré a calentar la cena —dijo
él mientras (Tu nombre) se sumergía en un placentero baño de espuma y burbujas.
Cualquier otro hombre
habría parecido ridículo, allí de pie, desnudo salvo por la camisa abierta…
pero él no, él parecía viril y masculino.
—Perfecto. Ahora me
muero de hambre.
Él se fue, y (Tu nombre)
respiró hondo, casi al borde de las lágrimas. ¿Qué es lo que le pasaba? ¿Y a
él? ¿Cuánto tiempo más podría soportar esa suerte de delicioso castigo? Intentó
relajarse, pero, desorientada por su comportamiento, no lo consiguió del todo.
Ella devoró un exquisito
plato de pastitsio, una variedad griega de lasaña.
—Gracias por hacer la
cena. Si mañana quebrara la compañía, no tendrías ningún problema en conseguir
un empleo de chef. Podría incluso convertirlo en un reality show —bromeó
ella, pero sus palabras cayeron en el vacío. Estaba en otro sitio.
—Perdona, ¿qué dijiste?
—Nada, que gracias por
la cena.
Él se acercó y habló sin
pensar.
—Trabajas demasiado.
—Viniendo de alguien que
piensa que las relaciones públicas no hacen otra cosa que drogarse y estar de
fiesta, es todo un halago —ella intentó sonreír de forma burlona, pero no fue
capaz. Se sentía confusa. Les envolvía una energía extraordinaria.
—Creo que voy a tener
que… —Tom no terminó la frase, y (Tu nombre) notó cómo se quedaba blanco—.
Vamos a la cama —dijo, tomándola de la mano.
Incapaz de dormir, Tom
se quedó durante mucho rato con los ojos abiertos. Se sentía desconcertado por
lo que, sin preámbulo de ningún tipo, sin aviso previo, había estado a punto de
decir.
«Voy a tener que dejarte
embarazada…».
Algo le estaba
sucediendo. Su interés porque no trabajase tanto y pasar más tiempo con ella,
el baño, la cena… Había estado actuando por impulsos, pero no quería saber qué
es lo que había detrás de esos impulsos. Sabía lo que tenía que hacer.
Chicas.... aquí un nuevo capi... hay falta tan poco para el final.. yo creo que dos o tres capítulos mas y se acaba la ficc u.u espero les guste este capi...
Las Quiero
Bye =D
WOOOOOOOW sube mas please!
ResponderEliminar*o* me encanto el capitulo!! Tom detrás de esos impulsos hay amor ¬u¬
ResponderEliminarque pena que falte poco para el final D: nunca quiero que tus fics se acaben
bueno, bye cuidate y espero el próximo ;)
O.o ahora Tom la quiere embarazar!! Me encantaaaa esta buenizimaaa aunq no quiero acabe si quiero saber el final de está hermosa fic..
ResponderEliminarSiguelaaa prontooo..
Bye cuidate :)