(Tu nombre) dejó caer el
teléfono, y Thea apareció por la esquina.
—¿Sonó el teléfono?
—Se equivocaron de
número —sólo la miró fugazmente.
(Tu nombre) subió al
dormitorio y comenzó a recoger sus cosas. Debía marcharse inmediatamente, antes
de que Tom regresara. Tomaría un vuelo a París e, incluso, un tren a Londres
por unos días, algún lugar donde él no pudiera encontrarla. No podía creer que
hubiera estado tan cerca de decirle… de decirle todo.
Se puso una mano
temblorosa en la tripa. Afortunadamente no le había contado que estaba
embarazada.
La puerta se abrió. Era Tom.
—(Tu nombre), ¿por qué
no te quedaste abajo? —entró y se contestó él mismo—. No importa. Tengo que
decirte que… —se detuvo en seco al ver la expresión de (Tu nombre). Estaba muy
pálida. Preocupado, se acercó aún más, pero no llegó a tocarla.
—¿Qué sucede, (Tu
nombre)? ¿Has tenido otro ataque? —al ver la maleta de (Tu nombre) en la cama
le cambió la cara—. ¿Qué es lo que pasa?
(Tu nombre) se puso de
pie, obligándole a retroceder ligeramente.
—Quiero irme a casa, Tom.
Como te dije anoche, ya he tenido suficiente.
—(Tu nombre), ¿qué
diablos pasa? —insistió, agarrándola de los brazos.
Ella se rió, y cuando él
la miró a los ojos y no vio vida en ellos sintió pavor.
—Tom, sabes
perfectamente lo que pasa. Los dos debemos pasar página. Por favor —trató de
soltarse los brazos—, deja que me vaya.
—No hasta que me cuentes
qué es lo que ha pasado. Cuando me marché estabas tranquilamente sentada.
(Tu nombre) tembló ante
su mirada.
—Tu abogado llamó por
teléfono.
—¿Qué es lo que dijo? —preguntó,
apretando aún más los brazos a (Tu nombre).
—Sólo que lo llames.
—No te creo.
—De acuerdo —llena de
rabia, se decidió a hablar—. Dijo que, si quieres tu divorcio exprés, tendrás
que firmar algunos papeles en cuanto regreses a París.
Tom no reaccionó,
mantuvo la calma.
—¿Y por qué te molesta
esto tanto, (Tu nombre)? ¿Acaso no es lo que también querías? ¿Lo que me
imploraste anoche?
—Por supuesto que sí. Es
lo que más quiero en el mundo. Deja que me vaya —insistió.
—Te dejaré ir, (Tu
nombre), pero sólo después de que me hayas escuchado. Voy a preguntarte algo y,
si después aún quieres irte, no seré yo quien te lo impida.
(Tu nombre) no podía
hacer otra cosa. Se sentó en la cama, pensando que enseguida podría marcharse.
Él la sorprendió al
arrodillarse ante ella. Ella se iba a levantar, pero las manos de él en sus
rodillas se lo impidieron.
—(Tu nombre), maldita
sea, quédate quieta. Deja de luchar conmigo durante un segundo.
Ella no daba crédito: a Tom
le temblaban las manos.
—(Tu nombre), nunca he
hecho nada parecido en mi vida. Todo esto es nuevo para mí, y me ha llevado un
tiempo descubrir lo que estaba pasando. Desde que te vi aquella noche en el
Ritz, te deseé con una pasión que nunca he sentido antes —el modo en que la
estaba mirando… no podía ser… debía de ser alguna cruel broma.
—Tom…
—(Tu nombre) —la
interrumpió—, estoy en medio de la cosa más difícil que he hecho nunca —y
continuó—: Obligarte a que te casaras conmigo fue la estúpida reacción al deseo
que sentía. Mi abogado podría haber arreglado una boda con otra mujer, pero yo
quería casarme contigo —mientras hablaba, no apartaba los ojos de ella—. Desde
el primer día no te ajustaste a lo que yo esperaba. Y cuando dormimos juntos…
Bueno, jamás he experimentado algo tan intenso, y no sólo la primera vez, sino
todas.
(Tu nombre) se puso
colorada y presintió que algo de vital importancia estaba a punto de suceder.
—La razón por la que me
ausenté hace un rato es porque tenía que recoger algo. Después de pasar toda la
noche pensando, esta mañana fui a Atenas a por esto…
Sin dejar de mirarla ni
un solo instante, sacó del bolsillo de sus pantalones una pequeña caja. La
abrió ante (Tu nombre). Allí, en una caja de terciopelo, había un anillo, una
aguamarina rodeada de pequeños diamantes, imponente en su sencilla belleza.
Ella se quedó con la boca abierta, contemplándolo sin acabar de creer lo que
veía. Él lo extrajo de la caja y se lo puso en el anular.
—(Tu nombre) Demarchis,
¿quieres casarte conmigo?
—Pero… pero… —su boca se
abría y cerraba como la de un pez.
—(Tu nombre), por favor —él
estaba otra vez pálido—, di que sí.
Él le separó las piernas
para acercarse más y poder tomar su cara entre las manos. Ella podía sentir
cómo su propio cuerpo respondía a la proximidad de Tom.
—¿Olvidé mencionar que
te amo?
Ella no se podía mover.
Se encontraba en un estado de profunda conmoción.
—(Tu nombre), te amo —la
besó en la frente—. Te amo —la besó en la mejilla—. Te amo —la besó en la otra
mejilla—. Te amo —se quedó mirándola a los ojos durante una eternidad hasta que
ella pudo leer la verdad en los suyos. Entonces él la besó en los labios, en la
boca, en el alma, tan dulcemente y con tanta pasión, que ella se sintió como
drogada. ¿Podía creérselo? ¿O era ésa la venganza última y más cruel de todas?
Cuando finalmente él se
retiró, (Tu nombre) abrió sus asombrados ojos. Él la miraba intensamente.
—Di algo —rogó él.
Ella podía sentir las
lágrimas.
—Yo no… ¿Cómo puedo
creerte? Después de todo lo que ha pasado, tú no…
(Tu nombre) tragó
saliva, tenía la respiración entrecortada. La magnitud del momento, el
sentimiento de estar al borde del precipicio… Él la estaba pidiendo que lo
hiciera de nuevo, que le abriera las puertas de su corazón de par en par. Y
ella no sabía si podría hacerlo.
—Amor mío, vas a tener
que confiar en mí. No quiero hacerte daño. No quiero que nadie te haga daño
nunca más. Confía en mí. Por favor.
Ella buscó su cara, sus
ojos. Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Finalmente habló.
—Estuve enamorada de ti
hace mucho tiempo… cuando fui a ti aquella noche, estaba segura de que te amaba
con toda mi alma…
—Y yo te rechacé —la interrumpió
él, acongojado.
¿Tan terrible había sido
la herida que ahora ya no podría amarlo?
—(Tu nombre)…
—Espera —de pronto su
voz sonaba más fuerte. Incluso si aquello era alguna suerte de cruel castigo,
no podía seguir ocultando la verdad, ni a él ni a ella misma. Tenía que confiar
en él—. Yo era joven y muy ingenua, pero no lo lamento. Fue valiente por mi
parte, a pesar de las dramáticas consecuencias —respiró profundamente—. Lo
haría otra vez si tuviera la oportunidad, y lo haré ahora —permaneció callada
durante un largo segundo, y entonces añadió con total sinceridad—: Tom, te amo.
Ella levantó su mano y
le besó en la palma. Luego tomó su cabeza y lo besó en los labios.
—Te amo, Tom Kaulitz, y
nada en el mundo me haría más feliz que ser tu mujer —había dado el paso.
Estaban exultantes,
felices. Él se levantó y la estrechó en sus brazos con tanta pasión, que (Tu
nombre) no quería que ese momento terminase nunca. El anillo parpadeó en su
dedo, y ella lo miró.
—Pero… ya estamos
casados. ¿Cómo podemos…?
—Quiero que demos tres
vueltas alrededor de un altar, en una iglesia, para simbolizar nuestro viaje
juntos, desde cuando nos conocimos hasta el fin de nuestros días… juntos.
Ella asintió, entre
lágrimas, uniendo su boca con la de él.
Después, cuando ambos yacían
en los brazos del otro entre sábanas revueltas, (Tu nombre) miró a Tom.
—Hay algo que tengo que
decirte.
—¿De qué se trata?
Ella abrió la boca, pero
se detuvo, temerosa de que tal vez fuera demasiado pronto, de que él no
estuviera preparado. No quería que aquel amor se evaporase ante sus ojos.
—¿(Tu nombre)? —la miró,
preocupado.
Tenía que volver a
confiar en él. Tomó una bocanada de aire y se lanzó.
—Estoy embarazada.
Estaba tomando la píldora, pero cambié justo antes de encontrarnos —era
consciente de que estaba empezando a balbucear—. Por eso anoche insistía en el
divorcio. No podía soportar la idea de un matrimonio sin amor si lo descubrías…
Durante un momento, él
permaneció sin reaccionar, y luego algo poderoso se movió en su interior. Puso
la mano en el vientre de (Tu nombre). Ella estaba nerviosa.
—¿Estás…?
—¿Es demasiado pronto? —preguntó,
preocupada.
El negó con la cabeza,
incapaz de hablar durante unos instantes. Que (Tu nombre) lo amase era el colmo
de la felicidad, y ahora eso; nada le hacía más feliz en el mundo.
—Nosotros… vamos a tener
un bebé.
Inclinó la cabeza y le
dijo todo lo que necesitaba saber con su beso.
Chicas -.- este es el último capi de la ficc... lo hubiese subido antes...pero e tenido mucho trabajo...esta semana les subo el epílogo.. espero le haya gustado
bye =D
Waaaaaaaa :( se acabo! Que bello *-* omg no me esperaba esto *-* oh god *-* que emoción que lundo Tom que buen final :D
ResponderEliminarnooooooooooo!!! el ultimo D: oooouuu.... u.u.... bueno, la historia me gusto muchisimo!! y el final estuvo hermosisisimo!! ese Tom es un amor <3 es una lastima que ya haya acabado, espero el epilogo y emm... ¿subiras otra historia? y ¿seguiras la otra? me gustan mucho tus fics! :D
ResponderEliminarsaludos, te cuidas, nos leemos ;)
Awww que hermosa hiatoriaa!! Me encantooo Tom al final se rindio al amor.. Gracias por compartirla :) esperare el epilogo .. Cuidate
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