—(Tu nombre), tienes que
decirle esta noche que lo amas. Si no se lo dices, nunca lo sabrá. Vuelves a
casa dentro de dos días, y el próximo año estarás en la universidad o trabajando…
ésta es tu última oportunidad de contarle a Tom cómo te sientes —le exhortó
Eleni, la prima mayor de (Tu nombre).
En ese momento, en algún
oscuro lugar de su mente, (Tu nombre) se preguntó por qué Eleni se preocupaba
tanto, pero se sintió mezquina y reprimió el pensamiento. ¿Acaso Eleni no había
sido su confidente? ¿No la había escuchado hablar de Tom con entusiasmo durante
años todas las vacaciones de verano? Eleni sólo la estaba ayudando.
—Pero, Eleni, no lo he
visto desde hace mucho tiempo —respondió con la voz insegura por los nervios—.
Ahora siempre está en Atenas.
«Y un tanto distante, lo
que es algo nuevo en él».
—No importa —contradijo
Eleni con vehemencia—. Siempre ha sentido debilidad por ti. Sigue siendo el
mismo, la única diferencia es que ahora está forrado.
(Tu nombre) tragó
saliva.
«Y se ha hecho un hombre…
va a reírse de mí».
—Vamos, (Tu nombre), no
te acobardes ahora.
Ella miró a Eleni. Tenía
aquella expresión de impaciencia que siempre le había asustado un poco.
(Tu nombre) asintió
nerviosa con la cabeza. El corazón le latía con tal fuerza que parecía que se
le iba a salir del pecho. Allí estaba él. Por encima de la cabeza de Eleni
podía ver a Tom Kaulitz. Veinticinco años y espectacularmente guapo. Tenía el
cabello largo, mas abajo del cuello y de un negro tan intenso, que casi parecía
azulado bajo las lámparas. Sus pronunciadas y masculinas facciones eran
irresistibles para (Tu nombre).
Sobrepasaba el metro ochenta
de estatura, con unas espaldas y unos pectorales formidables. Su cuerpo era
atlético y poderosamente masculino. Algunas veces (Tu nombre) se asustaba de lo
que sentía cerca de él; era algo que no podía controlar ni tampoco entender
plenamente.
Se encontraban en la
suntuosa residencia que la familia de Tom poseía justo al lado de la de la
abuela de (Tu nombre), en las colinas que dominan Atenas, donde (Tu nombre)
pasaba siempre las vacaciones veraniegas. Cada año, la fiesta con que se
despedían del verano en la finca de los Kaulitz era lo más destacado del
ambiente social del lugar. La Naviera Kaulitz era una de las compañías más
importantes del mundo. Y desde el prematuro fallecimiento de su padre dos años
antes, Tom había tomado el control de la empresa.
—(Tu nombre), te va a
ver siempre como una amiga salvo que vayas y hagas algo.
—Ya lo sé —(Tu nombre)
estaba angustiada. Volvió la atención a la sala. Nunca había hecho nada tan
osado. Normalmente prefería esconderse tras un libro o quedarse soñando en la
hamaca situada al fondo del jardín de su abuela. Ni siquiera estaba segura de
si quería hacerlo. De pronto vio a Tom cruzar la sala, agarrar una botella de
una mesa y desaparecer. Eleni la estaba observando.
—(Tu nombre), no le des
más vueltas, ahora o nunca. Si no lo intentas te vas a arrepentir toda tu vida.
Cuando lo vuelvas a ver ya estará casado y tendrá tres niños…
Aquella idea la hizo
sentirse físicamente indispuesta… o quizás era el vino que Eleni no dejaba de
ofrecerle para infundirla valor. Eleni sostuvo otra vez el vaso. (Tu nombre)
hizo un gesto con su cabeza. Sólo con verlo sentía nauseas. Aquélla era la
primera vez que había tomado alcohol y no estaba segura de que le gustara.
—Vamos, (Tu nombre).
¡Ya!
Impulsada por algo más
poderoso que ella, aunque acaso fuera el vino y la sensación de que era el
momento, (Tu nombre) avanzó entre la gente como en un sueño. Atravesó la puerta
por la que se había marchado Tom y salió al patio. Notó cómo una cálida brisa
la acariciaba. Estuvo a punto de volver sobre sus pasos, pero al ver a Eleni en
la puerta pensó que no había vuelta atrás.
Al principio no
consiguió ver a Tom. Estaba tapado por un árbol cuyas ramas caían hasta las
piedras de aquel magnífico jardín. Por fin lo encontró. Se había quitado la
chaqueta, y su cuerpo alto y atlético descansaba contra el muro. (Tu nombre)
sintió mariposas en el estómago. Su cabeza daba vueltas y sus pensamientos
fluían desordenadamente mientras se acercaba a él.
«Es ahora o nunca. Si no
lo hago, entonces él nunca sabrá lo que siento». Contuvo la respiración y dio
unos pasos hacia donde el árbol dejaba entrever una especie de claro. Ajena a
los lejanos sonidos de la fiesta, el corazón le latía apresuradamente. Tom
estaba de espaldas, pero ella pudo ver que estaba bebiendo de una botella que
tenía en la mano. Debió de hacer algún ruido porque él se giró.
—¿Quién anda ahí? —(Tu
nombre) dio unos pasos hacia él—. (Tu nombre), ¿eres tú?
—Soy yo —respondió,
dejándose ver.
—Deberías volver adentro
con los demás —dijo mientras se apartaba.
Se sintió dolida por su
evidente deseo de estar a solas, por su rechazo. Entonces, un poco tarde, cayó
en la cuenta de que había estado de un humor extraño durante toda la noche,
ensimismado, como si le acuciase algún problema, lo que en ese momento
resultaba aún más claro.
Habiendo llegado tan
lejos, (Tu nombre) hizo oídos sordos y siguió caminando hasta ponerse casi a su
lado. La deslumbrante vista de Atenas se extendía a sus pies. Su corazón
palpitaba tan deprisa, que se sintió algo mareada.
—Me gustaría quedarme, si
no te importa.
CHICAS... aquí el primer capi de la ficc... *-* esto es como una introducción de lo que pasara años mas tarde...
Espero les guste
Las Quiero
Bye =)
PD: Chicas quiero crear un blogg... en donde suba algunos One Shot.. les gustaría?? ahí me dan su opinión.
primer caps *-* esta interesante xD siguela .... y si ... haz uno con one shot .... espero el siguiente ....
ResponderEliminarAwwww osea esto paso hace algunos años. Muero por leer mas *.* siguelaaa..
ResponderEliminarSoii haz otro blogger *.* y si te volvere a decir q hagas la II parte de tu primer one shot recuerdas? De la primera fic q subisteee q eran amigos tu dijiste q harias yaa?? Yo no olvidoo hahahaha..
Me encantoo.. Bye cuidate :D